En el marco de la Semana Mundial de los Hábitos y Estilos de Vida Saludable y del Día de la Lucha contra la Obesidad y el Sobrepeso, establecidos por la Ley 1355 de 2009, se hace un llamado a toda la población para promover una mejor relación con la alimentación, el ejercicio y el bienestar integral. Adoptar hábitos saludables no solo mejora la calidad de vida, sino que también previene enfermedades crónicas no transmisibles que afectan cada vez a más colombianos.
Durante más de 30 años, los porcicultores colombianos han trabajado con dedicación en la producción responsable de carne de cerdo, aplicando tecnologías limpias y sostenibles que garantizan el cuidado del medio ambiente, el bienestar animal y la seguridad alimentaria. Este esfuerzo ha convertido al sector porcicultor en un ejemplo de innovación y compromiso con la salud pública, ofreciendo un producto con altos estándares de calidad, inocuidad y valor nutricional.
La carne de cerdo es un alimento versátil, nutritivo y accesible, que puede hacer parte fundamental de una dieta equilibrada. Gracias a su composición, especialmente en cortes magros y semimagros, aporta proteínas de alto valor biológico que ayudan a la reparación de tejidos, el mantenimiento de la masa muscular y la producción de enzimas y hormonas. Además, contiene hierro hem, que se absorbe con facilidad, zinc que fortalece el sistema inmunológico, fósforo que contribuye a la salud ósea, y una amplia variedad de vitaminas del complejo B (como la B1, B3, B6 y B12) esenciales para la función cerebral y el metabolismo energético.
A diferencia de lo que muchas personas piensan, la carne de cerdo no es una carne “pesada” o poco saludable. En la actualidad, gracias a las mejoras en la alimentación de los animales y los procesos de producción, se ha logrado reducir significativamente el contenido de grasa, ofreciendo cortes magros como el lomo, solomito, pierna, brazo y filete, que contienen menos grasa saturada y más grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, reconocidas por sus beneficios cardiovasculares.
Diversos estudios internacionales y nacionales han destacado que un consumo moderado de carne de cerdo, dentro de una dieta equilibrada y acompañada de actividad física, no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y puede contribuir al control del peso corporal. Incluso, los expertos en nutrición afirman que sustituir carnes procesadas o muy grasosas por cortes magros de cerdo ayuda a mejorar el perfil lipídico y controlar los niveles de colesterol.
Asimismo, la carne de cerdo puede ser un excelente aliado para personas que viven con enfermedades como la diabetes tipo 2, siempre que se seleccione el corte adecuado y se prepare de forma saludable. Gracias a su bajo índice glucémico, no eleva de manera brusca la glucosa en sangre y proporciona una fuente sostenida de energía. Además, las grasas monoinsaturadas (como las linoleicas) que contiene pueden tener un efecto cardioprotector, reduciendo la inflamación y favoreciendo la salud metabólica.
Incorporar carne de cerdo a la dieta también es una decisión sostenible. Los porcicultores colombianos aplican buenas prácticas ganaderas, sistemas de bioseguridad, manejo adecuado de residuos y programas de bienestar animal, lo que permite producir carne con bajo impacto ambiental. Esto demuestra que la sostenibilidad y la salud pueden ir de la mano cuando se trabaja con responsabilidad.
Para disfrutar plenamente de sus beneficios, se recomienda preparar la carne de cerdo mediante métodos de cocción saludables: al horno, a la plancha, al vapor o a la parrilla, evitando las frituras o salsas altas en azúcar y grasa. Combinarla con verduras, legumbres, granos integrales y frutas potencia su aporte nutricional y favorece un equilibrio ideal entre proteínas, carbohidratos y micronutrientes.
Referencias:
Asociación Colombiana de Porcicultores – Porkcolombia, 2023.
Guías alimentarias para niños menores de dos años, mujer gestante y mujer lactante – ICBF, 10 de octubre de 2018.
Educación alimentaria y nutricional, 6 de septiembre de 2020.
Enfermedades crónicas no transmisibles, Ministerio de Salud y Protección Social.
Organización Mundial de la Salud (OMS), Recomendaciones sobre alimentación saludable y prevención de enfermedades crónicas, 2021.
